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3 Estrategias para sacar adelante esa conversación difícil



Luego de publicar la semana pasada este artículo sobre la importancia de la INTENCIÓN en una conversación difícil, muchos de ustedes me escribieron preguntando,"¿Cómo tener esa conversación difícil?".


Y bien, tienes acá tres CÓMO para poder hoy mismo tener esa conversación transformadora que está pendiente:


PRIMERO: Tu cerebro y emociones.


  1. Guarda los guantes de boxeo: Cuando hablamos de cosas dolorosas, corre por nuestras venas cortisol y adrenalina, dos químicos que tu cerebro produce bajo estrés. Lo más probable es que tu cerebro entre en modo reptil: atacará, huirá o se congelará. Como mecanismo de defensa, querrá tener la razón. Detecta cuando te esté ocurriendo. Respira. Conecta con tu intención positiva, suelta el cuerpo y continúa.

  2. Suelta el tener la razón: Otra cosa que hará tu cerebro es que querrá tener la razón (sobre lo culpable que es el otro, sobre los errores que cometió, sobre la manera en que te ofendió y cómo fuiste víctima). Nota esa lucha interna por culpar al otro... y suéltala. No te llevará a ningún lado. Enfócate en lo bien que quieres estar con esa persona. ESO es más importante que tener la razón (no esperes a tener 80 años de edad para darte cuenta de esto.

  3. Mantén un entorno seguro. Solamente hay dos cosas que queremos en la vida: tener bienestar y evitar malestar. Cuando algo te quita bienestar o te genera malestar, el cerebro entiende que es una amenaza tu seguridad... y hará lo posible por cuidarte, salvarte, garantizar tu supervivencia. Puedes sentir ira, al llanto, ganas de burlarte... Recuerda: solo es una amenaza si deseas verlo así. En realidad es un llamado de auxilio: la otra persona se siente insegura y te está atacando. Respira. Dile que todo va a estar bien, que sabes lo difícil que esto puede ser, y recuérdale cómo antes han superado momentos difíciles y nuevamente lo harán ahora.


SEGUNDO: El mensaje (verbal y no verbal)


Álvaro González Alorda en su charla TED, "El Poder de una Conversación", recomienda tener en cuenta dos elementos: argumentación y empatía. Añado un tercero.

  1. La calidad de la argumentación. Construir un mensaje claro, simple, apoyado en datos (no en suposiciones). Garantiza que tu mensaje sea convincente y esté construido sobre hechos.

  2. Ten empatía. Sintoniza con el estado de ánimo de la persona que tienes al otro lado. Si está triste y habla poco, no estés tu abrumador hablando enérgicamente y sin parar. Procura "modelar" la manera como está y se comunica. Sin buena argumentación y empatía, pueden quedar las cosas peor que antes. **Llena el "depósito de gasolina" de esa persona: garantiza que se sienta mejor al final de la conversación, de lo que estaba al inicio. Evita los monólogos que solamente dejan espacio para un "Sí señor" al final. Esto genera rechazo y apoca a la otra persona.

  3. Cuida tu lenguaje no verbal. Deja de lado el celular. Prepara un café para ambos - esto crea un ambiente más agradable. Siéntense y saquen unos minutos para hablar... no tengas una conversación importante en un pasillo, de carreras. Evita los gestos displicentes, negativos, agresivos.


TERCERO: Practica


Para tu cerebro, pensar y hacer es lo mismo. Seguramente has pensado en contestar un mensaje del WhatsApp, de manera tan vívida que juraste lo habías enviado. Cuando te reclaman, vas a mostrar la evidencia y... no hay. Solamente te lo imaginaste. ¡Pero, era tan real!


En tu mente, ten la conversación con esa persona. Repítela cuantas veces sea necesario hasta que sea una conversación transformadora. Mira a la persona... Óyela... Siente las emociones (susto, tranquilidad, prevención) y sensaciones (frío, calor, opresión en el pecho, boca seca) durante la conversación.


Si haces bien el ejercicio, te meterás tanto en la conversación, que en algún momento podrías incluso imaginar a la otra persona discutiendo contigo (tal como (según tú), siempre lo hace en la vida real). ¡Detén la escena! Conviértela en una imagen estática. Ahora ponla en blanco y negro. Hazla borrosa. Ahora pequeña. Mándala a una papelera.


Al congelar y distorsionar y desechar, el cerebro pierde interés y cambian las emociones.

Vuelve a tener la conversación en tu mente. Cuida lo que se salió de las manos la primera vez. Haz los ajustes necesarios e inicia de nuevo. Cuidando tus emociones. Hablando con bondad y respeto. Escuchando. Realmente escuchando al otro. Aún si te parece absurdo lo que dice. Para el otro fue importante, así que dale la oportunidad de ser escuchado sin ser invalidado.


Fertiliza las ideas con el aporte de ambos, buscando claridad (en vez de tener la razón). Si en tu mente quieres tener la razón, pararte e irte o sientes que tu boca quiere decir "sabía que esto era mala idea". Detente. Respira. Retoma la intención positiva de la conversación.


Ten la humildad de decir lo siento, cuando hemos herido. Equivocarse no significa que eres mala persona. Significa que eres humano.


Ten esa conversación pendiente.

Pagas caro cuando evades lo que hay que conversar. No vale la pena.


Ya tienes la estructura para tu idea.

Fija una intención constructiva.

Sirve un café, y con el corazón en la mano, conversa


No sabemos qué está viviendo la otra persona, así que acércate siempre con bondad... y ten una conversación transformadora.


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